El Laboratorio de Agrobiología del Cabildo de La Palma incrementó su actividad analítica durante 2015

En el laboratorio también se desarrollan labores de investigación con el CSIC 

EDDC.NET/Santa Cruz de La Palma

El Laboratorio de Agrobiología ‘Juan José Bravo Rodríguez’ del Cabildo de La Palma incrementó su actividad analítica durante el pasado año 2015, en el que se realizaron 3.871 análisis de tierra, 2.319 análisis de vino, 307 análisis foliares, 129 análisis de agua y 34 de nemátodos, un 4% más de pruebas que en 2014. El trabajo de análisis desarrollado en este departamento de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Pesca, que dirige José Basilio Pérez, se incrementó en todos los elementos respecto a años anteriores.

“El fruto de esta actividad revierte en los agricultores, proporcionándoles conocimientos y asesoramiento para guiar las decisiones a tomar sobre sus actividades agrícolas”, señala el consejero.

En el Laboratorio de Agrobiología, situado en Miraflores (Santa Cruz de La Palma) se realizan análisis físicos y químicos de tierras, de nemátodos, de aguas para uso agrícola, de mostos y vinos, así como análisis foliares.

El Laboratorio recibe muestras de las agencias de extensión agraria de la Isla, de las distintas cooperativas agrícolas, de casas comerciales y de particulares en general.

En el Laboratorio, además de la propia actividad analítica, se realizan labores de investigación en el sector agrícola bajo el convenio que el departamento mantiene con el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y concretamente con su Instituto de Productos Naturales y Agrobiología (IPNA).

Las determinaciones que se realizan habitualmente en las tierras son las de nutrientes, textura y salinidad. Con el estudio de estos parámetros se consigue que el agricultor pueda realizar planes de abonado adecuados para cada cultivo, permitiendo ahorro en gastos, así como evitar daños ambientales por uso excesivo de productos químicos. De la misma manera, los estudios de análisis foliares de los cultivos permite saber con mayor exactitud el estado nutricional de las plantas para mejorar el rendimiento de las explotaciones agrícolas.

Con el estudio de nemátodos -parásitos tanto en tierra como en raíces- se facilita la toma de decisiones a la hora de aplicar tratamientos, evitando los innecesarios.

Mediante el estudio de la salinidad y composición de las aguas de riego se puede racionalizar su uso, así como prever y evitar problemas de salinización de suelos o, al menos, paliar sus efectos en lo posible.

En vinos y mostos, se determinan diversos parámetros de interés en la mejora de la calidad como el pH, la acidez total, el grado alcohólico, los NFA (nitrógenos fácilmente asimilables), los azúcares reductores, el anhídrido sulfuroso libre y total,  la acidez volátil y el ácido málico. Con estos datos se pueden controlar los procesos de fermentación de los mostos, así como incidir de forma adecuada en la conservación posterior del vino.

En 2015 también se ha iniciado una primera fase de estudio de mieles, con la puesta en marcha de una técnica de espectrofotometría de absorción molecular ultravioleta para el estudio del contenido de HMF (Hidroxi-metil-furfural), y de refractometría para el estudio de la humedad, factores fundamentales para determinar el grado de envejecimiento y maduración del producto, lo que se traduce en la mejora cualitativa de la miel que se ofrece al consumo.

 “No cabe duda de que los servicios que se realizan en el Laboratorio de Agrobiología Juan José Bravo son fundamentales para el desarrollo del sector primario de nuestra Isla, y aún más si cabe con la reciente instalación junto a él del Centro de Agrodiversidad de La Palma y el Semillero Insular”, concluye Pérez.