Honduras vive entre dos maras, la de las calles y la del gobierno, dice activista

El apoyo de EEUU y la UE al gobierno no ha mejorado la seguridad en este país

EDDC.NET / Madrid

Honduras sufre la violencia de las maras y la que ejerce el gobierno sobre el pueblo al adquirir armamento con ayuda de Estados Unidos y la Unión Europea (UE), en lugar de invertir en educación y sanidad, dijo el laureado ambientalista Jorge Varela.

“Estamos entre dos maras (pandillas criminales), una que nos mata en las calles y otra que nos mata desde las oficinas de la casa presidencial y desde los ministerios; el pueblo sufre dos maras de asesinos; roban en la salud y en la educación y eso puede provocar más muertes que los mareros”, señaló Varela, quien recibió el prestigioso premio Goldman en 1999.

El apoyo económico de EEUU y la UE le sirve al gobierno para adquirir armamento “cuando el país no tiene conflicto con ningún país vecino” y mientras se están cerrando escuelas y faltan medicinas en los hospitales públicos, aseguró el activista hondureño, amigo de la dirigente indígena Berta Cáceres, asesinada el pasado jueves.

“EEUU y la UE están demostrando que tienen interés en que las cosas se arreglen en Honduras, pero eso se contradice con el apoyo económico que dan al país a través de instituciones financieras como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional, ya que fortalece indirectamente esta dictadura, este Estado de corrupción”, sostuvo.

Honduras forma parte del Triángulo Norte de América Central junto a El Salvador y Guatemala, una zona sometida a una ola de corrupción y criminalidad sin precedentes, que ha llevado los índices de homicidios a los primeros lugares mundiales.

América Central está considerada como una de las subregiones más peligrosas del mundo, con tasas de 33,6 asesinatos por cada 100.000 habitantes, según cifras del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.

La Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte de América Central, impulsada por el presidente de EEUU, Barack Obama, y apoyada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), para financiar el combate a la pobreza y el desempleo con el fin de abatir la inseguridad y frenar la emigración desde esa zona.

En opinión de Varela, si ahora Honduras recibe dinero para frenar la migración, el presidente Juan Orlando Hernández “lo destinará a su propia campaña para reelegirse ilegalmente, ya que la Constitución prohíbe (la reelección), aunque ya ha puesto una Corte Suprema de Justicia como ha querido”, criticó.

El presidente “no se ha dedicado a gobernar, no le interesa el bien del pueblo, solo buscar su reelección y para eso se apoya en la miseria del pueblo”, denunció.

Ambiente tenso 

El elevado número de muertes violentas, unas 15 por día según datos del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma, convierte a Honduras en “un país en el que todos temen por su vida”, explicó Varela a esta agencia.

Tan solo un día después del asesinato de Cáceres, 12 personas murieron en Tegucigalpa en una masacre.

“Nos cobran un impuesto por la tasa de seguridad que recauda miles de millones de lempiras (la moneda local) y no sabemos qué se hace con ese dinero”, señaló el activista, quien aseguró que las calles están llenas de militares armados que amedrentan a la población.

En su opinión, tampoco se puede alegar que el ejército está para defender la soberanía nacional, pues “Honduras la ha perdido”.

El gobierno “ha entregado nuestras montañas y carreteras con diferentes leyes; son barbaridades que solo pueden sostenerse sobornando a la gente con bolsitas alimenticias” que entregan a la población con menos recursos, añadió Varela.

Testigo Gustavo Castro

El domingo el gobierno hondureño impidió que el testigo del asesinato de Cáceres, el activista mexicano Gustavo Castro, saliera de Honduras argumentado que podrían ser necesarias más declaraciones suyas ante las autoridades, razón que no convence a Varela.

“Si él ya dio todas sus declaraciones, no sé por qué insisten; según tenemos entendido, lo han sometido a diversos interrogatorios y realmente lo están agotando… Es posible que psicológicamente quieran llevarlo a (que cometa) algunas contradicciones que favorezcan la posición del gobierno y las empresas transnacionales contra las cuales luchó Berta”, conjeturó Varela.

El propio Castro, dirigente de la Organización Otros Mundos Chiapas/Amigos de La Tierra México, denunció que “el escenario del crimen fue modificado” y que teme por su vida en Honduras.

El mexicano se encontraba acompañando a Berta Cáceres en su domicilio cuando varios hombres entraron armados en la madrugada del jueves; herido de bala en la oreja, fue dado por muerto por los matadores de la dirigente, contó días atrás a esta agencia su hermano y también activista social Óscar Castro.