El Kremlin rehúsa entrometerse en Libia

Rusia desea “que el país se estabilice de alguna manera”

EDDC.NET / Madrid

Rusia considera inapropiado entrometerse en los asuntos internos de Libia, pero se reserva el derecho de contactar con las partes que estime necesarias, dijo el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, según ha publicado la agencia de noticias Sputnik Mundo.

Peskov calificó de “compleja y bastante controvertida” la situación en el país magrebí. Cuando le preguntaron si Moscú apuesta por el jefe de las Fuerzas Armadas de Libia, general Jalifa Haftar que visitó la capital rusa a finales de noviembre pasado, el representante del Kremlin señaló que “una excesiva injerencia de Rusia en los asuntos de Libia difícilmente es posible ni apropiada, lo cual no significa sin embargo que Rusia se abstenga de contactos con las partes que estime necesarias”.

Rusia desea “que Libia se estabilice de alguna manera, defina el gobierno y pueda tomar medidas enérgicas para que su territorio no sea un caldo de cultivo para el plancton terrorista”.

Desde finales de marzo de 2016 en Libia funciona un Gobierno de unidad nacional, encabezado por Fayez al Sarraj, que busca acabar con la dualidad de poderes y superar la profunda crisis que estalló en 2011, año en que fue derrocado y asesinado Muamar Gadafi, el líder nacional durante varias décadas.

El Gabinete en Trípoli no ha sido reconocido hasta la fecha por la Cámara de Representantes (Parlamento oficial) en Tobruk que cuenta con el apoyo del Ejército dirigido por Jalifa Haftar.

Algunas zonas de Libia permanecen bajo el control de grupos yihadistas vinculados con el autodenominado Estado Islámico, o Daesh, grupo designado terrorista por el Consejo de Seguridad de la ONU y proscrito en numerosos países, incluyendo Rusia.

Durante las negociaciones de Al Sarraj y Haftar, organizadas por Egipto y celebradas a mediados de febrero pasado en El Cairo, los dos líderes rivales libios aprobaron una declaración que entre otros puntos estipula llevar a cabo los comicios parlamentarios y presidenciales hasta febrero de 2018.