Hallan un sorprendente ensayo de Churchill sobre la vida extraterrestre

El estadista estaba al tanto de la astronomía y astrofísica de su época

EDDC.NET / Madrid

En 1939, unos meses antes del estallido de la II Guerra Mundial, el estadista británico Winston Churchill escribió un ensayo científico en el que abordaba los problemas de la astronomía y admitía: “No soy tan vanidoso como para pensar que mi sol es el único con su familia de planetas”, según ha publicado la agencia de noticias Sputnik Mundo.

Cabe recordar que Winston Churchill (1874-1965) fue un gran patrocinador de las ciencias en el Reino Unido. Fue, por ejemplo, pionero en tener un consejero científico cuando ocupó el cargo de primer ministro. Además, promovió el desarrollo de los radares y el programa nuclear británico.

En su ensayo sobre los asuntos de la astronomía y la astrofísica recientemente encontrado, que lleva por título '¿Estamos solos en el Universo?', el político plantea interrogantes sobre las condiciones que deberían cumplir otros planetas para albergar vida y sobre la inmensidad del universo. En el escrito quedan patentes los profundos conocimientos de Churchill, afirma Mario Livio, astrofísico y escritor.

Winston Churchill estaba al tanto de la astronomía y astrofísica de su época y, pese a que comete varios errores en su trabajo —por ejemplo, en sus ideas sobre los orígenes de los planetas parte de la teoría dualista de James Jeans—, su capacidad de análisis y su modo de pensar son impresionantes.

Así, por ejemplo, Churchill analiza tales requisitos para la vida extraterrestre como la necesidad de agua y la capacidad de los planetas de retener su atmósfera. De esas suposiciones se desprende que son solo Marte y Venus los que podrían albergar vida alienígena, quedando descartados otros planetas del Sistema Solar, escribe Churchill.

“Con centenares de miles de nebulosas, cada una conteniendo miles de millones de soles, son enormes las posibilidades de que existan numerosos planetas con circunstancias favorables para que la vida sea posible allí”, concluye el notable estadista británico, ganador del premio Nobel de Literatura en 1953.