El dictador de Gambia, Yahya Jammeh, aumenta su régimen de terror contra la oposición y el pueblo, al temer ser derrocado

Sus ataques a la democracia en su país tienen muy preocupada a la UE

M.D. / Adeje

Todo sigue peor en Gambia. El presidente Yahya Jammeh sigue en su política destructiva, sanguinaria, sin importarle nada más que mantenerse en el poder a costa de lo que sea, sin mirar cuantas vidas pueden ser aniquiladas, por quien dice que es el médico del pueblo, el que lucha contra las enfermedades.

El asesinato de líderes de la oposición, de periodistas y de todo ciudadano que alce su voz contra una de las dictaduras más temibles que hay actualmente en África, no le ha impedido seguir en su política asesina. Quince partidarios de la oposición fueron detenidos tras manifestarse contra el dictador que ve como se debilitan los apoyos internacionales y como el pueblo empieza a perderle el miedo, a pesar de todos sus actos antidemocráticos.

Tal es así que a pesar que el régimen de este presidente, ya fuera de control, torturó y presuntamente asesinó a algunos de estos detenidos, rápidamente negó estos hechos y afirmaron que tras pasar por dependencias policiales, los habían liberado.

Esta actitud tiene que ver con la presencia en el país de un representante de la UE que se reunió con los grupos de la oposición, con la idea de analizar la situación por la que atraviesa Gambia.

Sin embargo sus conclusiones son aterradoras: no hay libertad alguna, el presidente ejerce el poder dictatorialmente, con mano de hierro y constantemente se producen asesinatos y ataques a los ciudadanos. La oposición además le transmitió la corrupción galopante del régimen y como el presidente y su familia viven lujosamente, el país está sumido en una espantosa pobreza.