Tras el Festival de Músicos por la Tejita, el éxito de estar unidos por una buena causa

Con el buen sabor de boca, con el buen sabor de oído también, tras el rotundo éxito del Festival celebrado el pasado sábado, el de Músicos por La Tejita, en el lugar del Matinal Beach, en Amarilla Golf, que lo albergó. Y lo albergó llenándose hasta la bandera, bandera que es de resistencia, resistencia a mirar a otro lado mientras peligran sobremanera nuestros espacios naturales, y, concretamente en este caso, el maravilloso entorno natural de la Tejita, cuya ‘locura’, entre comillas, nuestra es simplemente que lo siga siendo. Pero contentos y agradecidos también de constatar ayer que esta es una "locura" muy compartida por muchos. Muchos que llenaron el Festival de color (hasta con pintacaras), de sentimientos celebrativos por cuidar las verdaderas riquezas que tiene la isla; de esperanza; de libertad; sí, de libertad como la que no tiene la arena que no para de estrellarse con esas vallas que impiden su tránsito natural en la Tejita y que rodean la parcela hotelera; vallas que en general nos recuerdan protección pero aquí y ahora nos recuerdan o nos hacen pensar que quién nos protege a nosotros. Ese sábado se vio que no somos tan poquitos, pero, es más, aunque fuéramos menos igual nos tendrán en frente, en frente de un modelo de subdesarrollo insostenible, en frente del desánimo de tirar la toalla, en frente de la orilla de la playa y totalmente de espaldas a una isla innecesariamente, lamentablemente y, ahora sí sin comillas, locamente sobrecementado o, dicho de otra manera, ecológicamente maltratada.