El juez Rafael Lis Estévez que investiga anomalías en ‘Unión’ rechaza ser recusado

El juez que investiga presuntos delitos cometidos en la investigación del caso ‘Unión’ ha rechazado la recusación en su contra, pedida por Fiscalía, para apartarlo de la causa. Señala que la misma es abusiva, arbitraria y un fraude legal para interferir en la libre elección del juez predeterminado por la ley. En auto del 12 de noviembre, el titular del juzgado de instrucción número 3 de Arrecife, Rafael Lis Estévez, que investiga una denuncia de un imputado en el caso Unión contra el exsecretario judicial, José Ramón Vera Machín, y dos agentes de la UCO (por presuntos delitos de falsedad continuada), rechaza el incidente de recusación presentado por la Fiscalía. Contra el auto cabe recurso ante la Audiencia Provincial, según publica Canarias 7. El juez señala que alegaciones y manifestaciones del escrito de recusación no justifican que pueda prosperar, pues, dice, «responden a fines espurios y es contraria a la buena fe, por entrañar abuso de derecho y fraude legal». Y añade que se busca vulnerar el derecho al juez natural predeterminado en la ley, «entorpecer la práctica de las diligencias de investigación acordadas mediante auto de 21 de septiembre de 2015 y obstruir la continuación de las mismas». Para el juez, los argumentos de la Fiscalía se materializaron con diez meses y medio de retraso, al no darse alegaciones previas. Y rechaza la acusación de tomar postura en beneficio del denunciante, el empresario Luis Lleó; en perjuicio del ministerio fiscal y denunciados, con base en supuestos, indica, «ilusorios, arbitrarios y, además, extemporáneos», al haber retrasado la comunicación de escritos a las partes, algo que el magistrado rechaza aportando las consignaciones del secretario judicial en sus diligencias de ordenación. Asimismo, ve falsaria la acusación respecto a dar información al denunciante sobre el número de procedimiento; y recuerda que el ministerio fiscal es inspector de cualquier causa penal incoada. Así, concluye que «pareciera que mientras el procedimiento ha estado silente, el recusante se ha mantenido a la espera de comprobar el rumbo que marcaba el instructor, y sólo cuando se comprueba que el rumbo no es el deseado se echa mano de un argumentario que un suspicaz lector podría incluso sugerir que venía precocinado a la espera de que llegara el momento oportuno de exteriorizarlo».