IUC acusa a Bermúdez de dejar fuera de juego a los quiosqueros de Las Teresitas

Ramón Trujillo, concejal de Izquierda Unida Canaria (IUC) en Santa Cruz de Tenerife, denuncia que el pliego de condiciones impulsado por el alcalde José Manuel Bermúdez, para adjudicar los quioscos de la Playa de Las Teresitas, está pensado para dejar fuera de juego a los quiosqueros de siempre. Es obvio que la exigencia de un aval de 100.000 euros, la priorización de la mejora del canon como factor clave de adjudicación y, además, no haber utilizado mecanismos legales para puntuar la experiencia en el sector, sólo pueden el efecto de vetar a los autónomos y pequeños empresarios que trabajaron durante décadas en la playa. El portavoz de IUC considera que, como la cuantía de los avales más los gastos que necesariamente hay que asumir son muy elevados, más de 170.000 euros por quiosco, el efecto será primar a empresarios con capacidad de obtener la adjudicación de varios quioscos a la vez y, quizá, quedará alguno vacante, lo que fortalecería la rentabilidad de los adjudicados. Se favorecerá al grande y se expulsará al pequeño. Trujillo afirma que la finalidad de un aval es cubrir los gastos que ocasionaría al Ayuntamiento un hecho como, por ejemplo, un abandono inesperado de la concesión que obligara al municipio a costear la retirada de un quiosco. Por lo tanto, todo aval que supere los 15.000 ó 20.000 euros lo que hace es vulnerar subrepticiamente la libre competencia con el efecto de excluir a los más débiles económicamente. Por otra parte, la legislación vigente permite valorar la experiencia en la explotación de instalaciones de playa como las que van a ser adjudicadas de manera que hubiera incentivos para que tuvieran opciones quienes explotaron los quioscos durante muchos años. El grupo de gobierno no ha querido utilizar tal margen de juego legal. El edil de IUC señala que la estrategia del grupo de gobierno municipal ha sido ir debilitando a los quiosqueros generando, en un primer momento, condiciones para que pudieran acceder la mayoría a los autobares, otros salieran del sector y, finalmente, cuando quedan menos quiosqueros activos que los que había inicialmente y, además, están menos unidos y más desgastados, se les da el golpe final con un concurso pensado para dejarlos fuera a todos.