IUC propondrá mejorar la acción contra el rabo de gato en el municipio de Los Realejos

Para el concejal de IUC en el Ayuntamiento de Los Realejos, “desde hace varios años asistimos al avance incontrolado que está experimentando en la geografía tinerfeña el rabo de gato, una gramínea africana que fue introducida en Tenerife en los años 70 del pasado siglo como planta ornamental, pero que es una especie exótica de enorme agresividad colonizadora. El rabo de gato se ha convertido en uno de los mayores problemas para nuestro entorno natural y para la biodiversidad”. Como ocurre en muchos municipios de la isla, en Los Realejos es un problema acuciante el crecimiento y expansión del rabo de gato en solares y terrenos abandonados, laderas, fondos de barranco y márgenes de carreteras e, incluso, introduciéndose en algunos de nuestros espacios naturales protegidos más valiosos, como el Paisaje Protegido de la Rambla de Castro y el Monumento Natural de la Montaña del Fraile, espacio que fue limpiado hace unos años con una fuerte inversión, el rabo de gato ha comenzado nuevamente a colonizar las laderas del volcán, debido a la poca supervisión y a una incorrecta gestión de las actividades de control. Entre las propuestas planteadas por IUC, Jonás Hernández propone “avanzar en la formación de trabajadores/as municipales y empresas concesionarias que pudieran tener relación directa o indirecta con el rabo de gato, para un mejor conocimiento de la especie que les permita ofrecer respuestas más eficaces en el manejo, control y eliminación de la planta”. Asimismo, también propone “avanzar en la promoción de la colaboración ciudadana, ya que una ciudadanía concienciada, comprometida y organizada, constituye un recurso imprescindible para afrontar y revertir este grave problema ambiental”. Las labores de control de esta planta invasora exigen, además de constancia y persistencia en el tiempo, de un tipo de acción intensiva en trabajo humano, que se realiza de forma manual y difícilmente mecanizable, lo que la convierte en una fuente de empleo muy significativa. Por esta razón, Jonás Hernández considera que “el Ayuntamiento debe, mediante convenios de colaboración con el Servicio Canario de Empleo conformar cuadrillas de trabajadores/as que actúen todo el año, priorizando las zonas de especial interés para proceder al control y, si fuera posible, erradicación del rabo de gato”.