Podemos hace limpia de las ‘castas locales’ que proliferan al calor de sus siglas (malo)

Podemos decidió en su asamblea constituyente de Vistalegre no presentarse con su marca a las elecciones municipales para prevenir la llegada de ‘paracaidistas’ al partido. “No podemos configurar listas sin contar con todas las garantías”, justificó entonces Pablo Iglesias, abogando por apoyar solo a aquellas candidaturas que ofreciesen la seguridad suficiente como para no comprometer las siglas. Quedaba claro que el fin último eran las generales, por lo que se asumía el sacrificio municipal para evitar que las instituciones locales se convirtieran en un coladero de candidatos dañinos para la imagen de Podemos. No fueron pocas las precauciones, pero a pesar de ello se cumplieron los peores presagios en ciudades como Valladolid, Bilbao, Sevilla o, más recientemente, Gran Canaria. La Comisión de Garantías Democráticas de Podemos ha tenido que lidiar con diversas denuncias internas y expedientes disciplinarios, en su mayoría contra miembros del partido acusados de no acatar el código ético o de haberse desmarcado de la disciplina de partido en materia de pactos mediante coaliciones contra natura. Dentro del primer bloque se incluye a los tres concejales de Sí se Puede Valladolid y a dos de los cuatro consejeros de Podemos en el cabildo insular de Gran Canaria. En ambos casos se aguarda a que la dirección en Madrid tome una decisión en firme. Dentro del bloque de denuncias internas a concejales díscolos se encuentran los dos ediles de Ganemos en Bilbao, ya expulsados, los tres de Participa Sevilla, que finalmente fueron indultados por Madrid, y los electos en otras pequeñas localidades, como Rentería o Burguillos del Cerro, que dieron la alcaldía a EH Bildu y al PP, en alianza con Coalición Extremeña, respectivamente. En la capital vizcaína se expulsó de la ejecutiva local a los concejales de Ganemos Bilbao, Francisco Samir y María Concepción García, por “estafa electoral”, puesto que la candidatura apoyada por Podemos era Udalberri-Bilbao en Común. La decisión se tomó solo tres días después de celebrarse los comicios. En Sevilla, la ejecutiva municipal de Podemos se desvinculó en un primer momento de los tres ediles de Participa Sevilla al considerar que no habían consensuado con la dirección su decisión de apoyar la investidura del socialista Juan Espadas. “Los concejales de Participa Sevilla han expresado su deseo de seguir construyendo su propio proyecto político, como así ha sucedido durante el proceso de investidura del nuevo alcalde”, explicó por aquel entonces la secretaria general, Begoña Gutiérrez. Posteriormente se elevó una denuncia a la comisión de garantías que, semanas después, acordó cerrar el expediente sin proceder a sanción alguna. Donde no ha habido tanta indulgencia es en Valladolid. La dirección local se ha desvinculado de los tres ediles de Podemos pertenecientes a Valladolid Sí se Puede entre acusaciones de haberse convertido en casta y haber aceptado prebendas durante estos primeros cien días de gobierno municipal. El secretario general, Daniel García, también ha criticado a los ediles falta de transparencia por no haber hecho públicas sus nóminas, tal y como exige el código ético de la formación. La fractura interna en la capital vallisoletana a cuenta de la cuestionada labor de su grupo municipal se ha saldado de momento con la dimisión de tres cargos de confianza en el Ayuntamiento y la Diputación. Madrid aún no ha tomado cartas en el asunto, y mientras el consejo municipal se ha desvinculado del partido, los tres ediles tratan de reconducir la situación dando cuentas sobre su gestión y nóminas. De “prebendas” va también la cosa en Gran Canaria, además de ‘nepotismo’. El cruce de acusaciones se remonta a las negociaciones que Podemos mantuvo con Nueva Canarias y PSOE para integrarse en el gobierno tripartito del Cabildo, donde la formación morada cuenta con cuatro consejeros. Sin embargo, lo que ha hecho estallar la relación entre la ejecutiva local y algunos de sus cargos públicos en el Cabildo es el nombramiento como directora general de Igualdad de Noemí Parra, esposa del vicepresidente tercero del Cabildo de Gran Canaria, Juan Manuel Brito, que lleva desde junio suspendido cautelarmente de militancia. El caso ha sido elevado a la comisión de garantías por un “presunto caso de nepotismo”. La decisión fue apoyada por la consejera de Podemos Marta Nebot, por lo que ambos están en el punto de mira de la dirección. La Comisión de Garantías Democráticas de Podemos, integrada por un grupo de juristas que lidera la abogada Gloria Elizo, ha visto multiplicado su trabajo desde el pasado 24-M. Su objeto se centra en velar por el cumplimiento del código ético de la formación por parte de los representantes de Podemos. A pesar de todas las precauciones, la irrupción de representantes públicos en las instituciones locales se ha visto acompañada de un incremento de expedientes y denuncias para hacer limpia de las castas locales que proliferan bajo las siglas del partido.