La CNMV afirmaba que Santiago Fuentes había participado desde 2002 en distintos negocios por Internet que habían provocado importantes pérdidas a los clientes captados

El propietario de Arbistar 2.0 intentó en su día crear una agencia de valores

EDDC.NET / Madrid

La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) advirtió sobre la compañía Evolution Market Group, cuyo nombre comercial era Finanzas Forex, que no estaba autorizada para prestar servicios de inversión.

Según la CNMV, Finanzas Forex, domiciliada en Panamá y cuyo presidente era Germán Cardona Soler, ofrecía inversiones en el mercado de divisas para las que asegura una rentabilidad de entre el 10 y el 21%.ç

Forex ofrecía a sus clientes la posibilidad de convertirse en promotores mediante la captación de nuevos inversores, por cada uno de los cuales reciben una comisión en función de las cantidades ingresadas. A estas comisiones se añadían bonos en forma de coches de lujo o ayudas de hasta 60.000 euros para la compra de una vivienda.

En España, la compañía contaba con promotores en Madrid, Barcelona y el País Vasco, el más activo de los cuales era Santiago Fuentes Jover, que tenía previsto realizar una serie de conferencias por todo el país para informar sobre los productos que ofrecía Finanzas Forex.

En la página web de Santiago Fuentes se podía leer que la entidad estaba en trámites de regularización con la CNMV para adoptar la forma jurídica de Casa de Bolsa, equivalente a una agencia de valores, extremo que negó el regulador español.

Además, la CNMV señalaba que Santiago Fuentes había participado, desde 2002, en “distintos negocios por Internet -telefonía, apuestas, juego- que han provocado importantes pérdidas a los clientes captados”.

Según los datos obtenidos por la CNMV, la entidad captaba cada día 600 nuevos clientes y aproximadamente 1.200.000 euros. La CNMV indica también que Finanzas Forex contaba en la actualidad con algo mas de 18.500 clientes en todo el mundo, que gestionaban un patrimonio de 77 millones de euros. Estos ingresos se transferían a la compañía americana Crowne Gold que, a su vez, los desviaba a una cuenta abierta en el ‘supuesto’ banco suizo Dukascopy.