La profesión de periodista y su esencia

Vaya por delante que, aunque escribo, yo no soy periodista sino economista. El periodismo debería ser una de las profesiones más importantes del mundo. Los medios de comunicación crean la percepción que la mayor parte de la gente tiene de la realidad. Modela, junto con la educación, la percepción y la visión del mundo que tenemos de la realidad, de los demás, de los valores, de la cultura. De lo que es aceptable o no aceptable. 

El periodismo, como todo, es dual. Es decir, puede usarse para un fin positivo y para un fin negativo. El fin positivo es empoderar e informar correctamente a los demás, empoderándolos con información y ampliando sus puntos de vista, al tiempo que desarrolla la objetividad y el sentido crítico. 

El fin negativo es venderse, cual prostituta, al mejor postor para seguir engañando a la gente, contribuyendo a la concentración de poder, a la manipulación y al engaño institucionalizado. Actuando como opio para el pueblo, contribuyendo a la cultura basura. 

A lo largo de la historia los periodistas han sido los individuos más inquisitivos respecto a lo que otros hacían en un país o en una determinada cultura. Con el desarrollo de la radio y la televisión, con los informativos y los programas, fueron llegando cada vez más a las personas. Pero su falta de ética junto con la desentralización de la información que surge de las nuevas tecnologías, han llevado a dicha profesión a una crisis importante. Antes lo que aparecía en un periódico o en la televisión era “la verdad”, hoy en día dicha credibilidad la han perdido por méritos propios. 

Pensaron que para atraer la atención y la energía del resto de la humanidad debían inventar noticias cada vez más sensacionalistas, partiendo de la idea de que sólo lo negativo y lo violento vende. Presos de la vieja visión del mundo en la cual necesitan "ganar" y poner la energía social y el status de su lado fueron víctimas del miedo y la inseguridad al ver como su tradicional modelo de negocio, carcomido por la falta de honestidad, se derrumbaba. Se metieron en una espiral autodestructiva. 

El periodismo de hoy está muy lejos del ideal que definiera George Orwell al decir que Periodismo es publicar lo que alguien no quiere que publiques y que todo lo demás son relaciones públicas. Horacio Verbinsky fue un poco más allá señalando que periodismo es “difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto es propaganda (…) Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos”. 

Además, definió muy claramente lo qué era en realidad el “cuarto poder“; lo desnudó: “Lo que los periodistas pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo, lo más equitativo y documentado posible. Criticar todo y a todos. Echar sal en la herida y guijarros en el zapato“. Ver y decir el lado malo de cada cosa, que del lado bueno se encarga la oficina de prensa; de la neutralidad, los suizos; del justo medio, los filósofos, y de la justicia, los jueces. Y si no se encargan, ¿qué culpa tiene el periodismo?“ 

Para algunos la definición de Orwell o de Verbinsky es la mejor definición de lo que debiera ser el periodismo, pero yo discrepo. Es una definición negativa, centrada en la crítica, en exponer únicamente lo negativo. Por tanto está incompleta. Deberíamos preguntarnos como sería el un periodismo que expusiera también lo positivo. 

El periodismo, así entendido, consistiría en analizar -desde un punto de vista objetivo y sin caer en la propaganda - la organización y funcionamiento de las organizaciones e instituciones sociales, en su verdadera esencia, en su expresión y forma superiores, es decir en cual es su contribución al mundo, cual es su mensaje positivo y si realmente está cumpliendo correctamente con su función social. 

Pero quizás la verdadera esencia del periodismo, en su papel de servicio a la sociedad humana, sea la de ayudar a la gente a apreciar y aprender de los demás. El periodismo con mayúsculas consistiría en analizar en profundidad la vida y las creencias de la gente, a descubrir la "verdad" de cada uno… 

El periodista trataría de entender los distintos puntos de vista, desentrañando el caleidoscopio de la percepción. Vería y analizaría, para luego transmitir que hacen, piensan y defienden los distintos grupos y los individuos dentro de esos grupos, con lo cual facilitaría el aprendizaje de la “verdad” que otros suministran. De esta forma ayudaría a profundizar nuestra percepción de los demás. A apreciar y entender la verdad de los otros. Comprender sus diferentes puntos de vista. Es decir, ayudar a la gente a apreciar y aprender de los demás.