El pueblo enseñó sus “colmillos” democráticos

No fue una sorpresa, pese a la corrupción del poder que lidera Nicolás Maduro; legado que dejó el otro ya fallecido presidente y  bravucón, Hugo Rafael Chávez Frías.  El pueblo venezolano ya no pudo aguantar más. El hambre, la miseria, la corrupción, la inseguridad, la cartilla de racionamiento, la provocación del Gobierno, las expropiaciones, el abuso de poder, la crisis mortal de la economía, la escasez de medicinas, de alimentos, los secuestros express, asesinatos, arrestos de cientos de opositores políticos y de manifestantes de todas las edades, las cárceles saturadas y la desapariciones de muchas personas que no estaban de acuerdo con el Gobierno chavista; motivó que el régimen de Nicolás Maduro sufriera el pasado día 6 de diciembre de 2015, la más severa y contundente derrota en sus casi 17 años de prolongado gobierno revolucionario socialista en Venezuela, luego de que la oposición venezolana logró 99 de los 167 diputados de la Asamblea Nacional en los comicios parlamentarias efectuados ayer, mientras que el oficialismo quedó con 46, con datos a la espera de los resultados definitivos.

Tras esta derrota histórica en el campo de batalla de las urnas del país criollo, muy a pesar suyo, Nicolás Maduro señaló. “Ha triunfado la guerra económica; virando las corrientes históricas por ahora. A Venezuela se le ha sometido a una guerra brutal, pero la revolución sigue en pie, lo que ha triunfado en Venezuela hoy es una contrarrevolución que ha impuesto su escenario y que ha obtenido a las garantías de la constitución bolivariana una mayoría para la Asamblea Nacional. Ojalá se pongan en sintonía para cesar su campaña de desestabilización”. Sin duda, esta batalla por la libertad y los derechos de las personas, ganada por la mayoría del pueblo venezolano en las urnas, es solamente una lucha en campo abierto, pues a partir de ahora, aunque ya se comienza a vislumbrarse  una luz al final del túnel, queda un largo y duro camino que recorrer hacia la democracia que Venezuela se merece.

Mientras tanto, el Gobierno de Nicolás Maduro, atrincherado con su “perro de presa”, Diosdado Cabello, aun les quedan años de seguir imponiendo su dictadura, el yugo, abusos, corrupción,  balas en la nuca, en los corazones de millones de personas del pueblo llano; de aquellos que han venido sufriendo desde hace 17 años las torturas físicas y psicológicas,  de un Gobierno fanático, sumido en una ideología que nada tuvo que ver con el primer programa y discurso cuando por primera vez llegó al poder el que fuera presidente Hugo Rafael Chávez Frías, que impuso el modelo de Estado socialista del siglo XXI, basado en: un socialismo revolucionario que debe directamente de la filosofía y la economía marxista, y que se sustenta en cuatro ejes: el desarrollismo democrático regional, la economía de equivalencias, la democracia participativa y protagónica y las organizaciones de base. Es lógico que hoy una gran mayoría del pueblo venezolano estén contentos.

Han ganado unas elecciones en las urnas vigiladas y amamantadas  por los ojos de una dictadura de herencia chavista.  Ahora ya sabe el pueblo criollo de lo que es capaz si todos reman en la misma dirección. Es decir, la búsqueda de la libertad, derechos, abrigada y protegida por una constitución democrática. Sabedor de lo que el pueblo venezolano desea y es capaz de conseguir, el Gobierno de Nicolás Maduro intentará utilizar todas sus estrategias para amedrantar; condicionar, chantajear y arrebatar la voluntad de un pueblo que solo desea la paz  y vivir con dignidad. Seguramente, la inseguridad y los crímenes entre bandas y mafias seguirán sucediéndose, especialmente porque todavía le quedan algunos años de mandatos al Gobierno de los tristes y desolados chavistas. No importa, a partir de ahora todo será distinto, pues los camisas rojas ya saben que el poder contagioso chavista ya tiene un adversario con voz popular y democrática, con representación en la Cámara de la Asamblea Nacional. El pueblo enseñó sus colmillos. Ya no temen a las balas. Alguien me contaba que “prefería morir de una bala que de hambre. Que lucharía por su familia; su bandera y por  dignidad de su pueblo”.

Ahora más que nunca, los que han ganado esta primera batalla en las urnas al chavismo, deben de tener serenidad, pensar y trabajar inteligentemente ante las futuras provocaciones y amenazas del Gobierno de Nicolás Maduro. Sabido es, que las democracias, las libertades y derechos de las personas no son el gusto de todos, especialmente de los dictadores. Es por ello, que este es el primer paso para que un país como Venezuela pueda llegar, en un futuro no muy lejano, conseguir las puertas de la libertad. Por supuesto que el chavismo no se va a quedar con los brazos cruzados. Ahora es un león herido de muerte; convirtiéndole más peligroso que nunca. Lo cierto es, que la plataforma opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) ganó las legislativas al obtener al menos 99 diputados de los 167 escaños de la Asamblea Nacional, según los datos del Consejo Nacional Electoral de ese país.

Por último, esta victoria legislativa de la oposición supone disponer de mecanismos para acortar el mandato de Nicolás Maduro (2013-2019) y lograr un adelanto de elecciones, ambas opciones lucen complejas para la oposición. Una enmienda constitucional demanda mayoría simple (84 de los 167 diputados) y aprobación en referendo. Convocar una Asamblea Constituyente requiere mayoría absoluta (112 diputados) y un largo proceso de refrendación. Pero además hay razones de fondo que harían inconveniente esa apuesta. Bien, es cuestión de trabajar sin violencia y con sentido común democrático. Espero y deseo, ver pronto a una Venezuela libre de todo yugo, de las cadenas de la dictadura. Eso solo se consigue con lucha moral y con ideas de libertades y derechos.