Valores como fuente de vida

Vivimos momentos de nuevos cambios, nuevas transformaciones, nuevas culturas, nuevos valores, pero seguimos siendo lo que somos. Es decir, ambiciosos y detractores de nuestro propio espacio, de los sentimientos de los demás y de nuestros propios valores. Sin duda hemos evolucionado en muchas cosas, pero hemos perdido con el paso del tiempo lo que significan los valores de la vida.

Dicen que los valores son razones del corazón que la razón no entiende. Los valores se trazan desde que se nace; sabiendo sufrir, en época de escasez, de crisis económica, valorando todo aquello que cuesta conseguirlo a través del esfuerzo y necesidad personal. Los valores son esas cosas que todo el mundo sabe que existen, pero siempre olvida.

Muy cierto, especialmente cuando vives en una sociedad acomodada; que te lo ponen todo en la mesa. Papá y mamá, desde la buena voluntad familiar, no dejan que sus hijos busquen por ellos mismos el valor de las cosas. La piedra de lavar ya no existe, siendo sustituida por la lavadora. Los brazos del hombre llevando a sus hijos ya quedaron en el pasado. Ahora, son llevados en cochecitos o carritos, capazos y en pequeñas mochilas. Por todo ello, el espacio de movimientos de las criaturas en esos elementos son mínimos, por no decir ninguno. Rara vez ves a un padre llevar a su hijo sobre sus hombros.

El valor de la tierra, esa que da la comida si la trabajas, también se ha perdido en la nueva generación. Los valores son actitudes del querer del hombre, de la voluntad, iluminada por la inteligencia, pero que en muchas ocasiones no son aprovechadas. Hay crisis económica, pero también de valores.

El respeto, la dignidad, la nobleza, generosidad, amor y solidaridad, son valores que se han perdido con el tiempo. Cierto es que actualmente hay una generación más preparada, más formada, pero carente de muchas cosas que la generación anterior tenía. Comidas caseras, productos de la tierra, sembrados por las manos callosas de los abuelos, leche natural de cabra y vaca, ordeñadas a mano; gofio de trigo y millo acompañado en los biberones o en los escaldones.

Hoy, los alimentos en su mayoría vienen prefabricados, al vacío, donde muchos productos no contienen el hierro, vitaminas o calorías necesarias. Los valores son creencias duraderas por las que el ser humano prefiere unas conductas y no otras. Es decir, el verdadero significado de los valores en las organizaciones se basa en las acciones y actitudes de sus integrantes, y nuestro comportamiento se traduce en los detalles de lo que hacemos en el día a día.

Observando todo esto puedo decir que los valores son las verdaderas botellas de oxígeno para que el ser humano pueda establecer unas series de códigos y formas de conducta en las sociedades progresistas. Juventud, divino tesoro, ellos no tienen culpa de haber nacidos en el último tramo del siglo XX y comienzos del siglo XXI. Merecen una oportunidad, pues ellos también tienen sus propios valores en estos nuevos cambios de transformaciones sociales, culturales, económicas y políticas.