Un mundo de locuras transitorias

El mundo está cambiando, la música está cambiando, las drogas están cambiando, hasta los hombres y las mujeres están cambiando. Dentro de mil años no habrá tíos ni tías, solo gilipollas. Transpotting (D. Boyle, 1996). Sin duda, Vivimos una época de revoluciones y transformaciones. La llegada de nuevos avances tecnológicos y la definitiva implantación de las herramientas digitales han provocado que nuestra sociedad cambie. ¿Para bien, para mal? Personalmente creo que vamos retrocediendo; dondevivimos momentos de locuras transitorias. Un mundo lleno de incertidumbres, donde las sociedades más avanzadas intentan adelantarse a su propio tiempo, a sus propias, ideas y mentiras. Algo esta cambiando en el mundo a pasos agigantados. Todo está revuelto, confuso y amenazador. La fiebre del poder del nuevo Presidente de los EE UU, Donald Trump, augura malos presagios de cara a un futuro no muy lejano. Sus provocaciones, sus ansias de poder cumplir su programa electoral le convierte en un hombre muy peligroso para la paz en el mundo. Donald Trump quiere que Estados Unidos siga ganando las guerras, para lo cual tiene pensado dedicar 54.000 millones de dólares más para gastos de defensa, los cuales suman ya 524.000 millones. Mal asunto. Por otro lado, según Gerhard Schroder, la crisis económica en EE UU y Europa, el descenso de las economías emergentes, con China a la cabeza, y las revoluciones en el mundo árabe están sacudiendo el orden mundial. En este contexto, la única cosa capaz de ofrecer un baluarte de estabilidad para las próximas décadas es una visión nueva y ampliada de Europa. Otras de las causas importantes en este nuevo siglo XXI es la pérdida de los valores. Es evidente que estamos experimentando un profundo vacío de valores. Estamos aturdidos, entre prisas y ruidos, justificando errados procederes. ¿Por qué hemos llegado a estos niveles? Posiblemente por los nuevos cambios; nuevas formas de ver y pensar, por una sociedad capitalista consumista, por el materialismos como elemento prioritario y por los sistemas gubernamentales. Locuras transitorias de los miedos ante los ataques de todos aquellos que se inmolan en actos de terrorismos. Locuras de venganzas marcadas por el odio y la venganza. Así esta actualmente nuestro mundo, nuestras sociedades, nuestros países. Un mundo, desigual, donde las leyes no son para todos iguales y las condenas son distintas, aún cometiendo los mismos delitos. Vivimos bajo el paraguas protector de la invasión de las acciones y decisiones de los poderosos; mutilando aquellos países más débiles y pobres. En realidad que somos para hacer tanto ruido, tanto daño, tanta carrera para desbancar al que está más cerca de nosotros. Nada. Somos de carne y hueso y no rotativas de acero y hierro. Por todo ello, muchos se refugian en esas locuras transitorias que tienen a lo largo de un día cualquiera, con el propósito de evadirse de la realidad y esconder sus complejos de su propia personalidad. Mientras tanto, el almanaque de la vida sigue sumando días, meses y años; convirtiéndonos en protagonistas de eventos que nosotros mismo hemos fabricados. images1