“No a más campos de golf en Tenerife"

Recientemente hemos podido leer y escuchar, como de nuevo desde el Cabildo de Tenerife, su presidente comunicaba su pretensión de seguir impulsando nuevos campos de Golf en nuestra isla.

El señor Carlos Alonso dijo en su campaña que en caso de llegar a la presidencia del Cabildo, se comprometería con la protección del medio ambiente y que haría un buen uso de los recursos naturales. Ahora parece que ha cambiado de idea, a no ser que este creando una cortina de humo, para que los partidos y grupos ecologistas estemos entretenidos recordándole que ese tipo de infraestructuras son insostenibles y que más bien en nuestra isla ya están sobrando algunas, como por ejemplo el de Buenavista, que ha resultado un fracaso y por tanto un negocio ruinoso.

El alto deterioro ambiental que sufre la isla, es absolutamente incompatible con la construcción de nuevos campos de golf, por su enorme consumo de territorio y de agua. Ya sabemos todos lo que la ley en materia de alojamiento le permite a este tipo de instalaciones, y que detrás del golf hay muchos intereses del sector de la construcción. También sabemos que en Tenerife sobran camas turísticas y que  cada vez son más las opiniones sobre el acondicionamiento y modernización de hoteles o apartamentos que se han quedado obsoletos, que hacer nuevos establecimientos que terminarían por hundir a los viejos, dejando unas edificaciones en el centro de muchos destinos turísticos feas y obsoletas que devalúan la oferta de alojamiento, como por ejemplo el caso del Puerto de la Cruz, una ciudad explotada y ordeñada hasta la saciedad por compañías hoteleras y sus beneficios invertidos en el sur de la isla y otras partes también isleñas, Españolas y hasta del Caribe. Ahora si paseas por sus calles te encuentras con auténticos adefesios que antes fueron buenos hoteles, pero que están cerrados porque no ha habido interés político en su rehabilitación, los intereses estaban en otros destinos.

Ahora en Adeje parece que han aprendido la lección y viendo lo que se pretende hacer en su municipio colindante de Guía de Isora, se están apresurando a modernizar sus espacios comerciales y de ocio antes que les pille el toro y les pase lo mismo que a Puerto de la Cruz, Tembel, o Los Cristianos, entre otros.

Poco les ha importado a los equipos de gobierno del Cabildo Tinerfeño el ver como se deterioraban muchos destinos turísticos en detrimento de otros, han hecho siempre oídos sordos a los análisis que no fuesen de la mano de sus intereses y compromisos con los sectores empresariales, que no de sus programas políticos y compromisos con la ciudadanía. 

Nos volvemos a encontrar con más de lo mismo, pese a que todos sabemos que el negocio del golf, está pasando por muy graves dificultades en nuestra isla, y si no es a través de la cesión de suelo público gratuita por parte de la administración, la inversión corre serios riesgos de no ser rentable. Tampoco generan los cientos de puestos de trabajo que se prometieron a boca llena, porque solo generan un puesto de trabajo por cada siete hoyos, un gran consumo de territorio para beneficio de unos pocos y precariedad de muchos. ¿Es este el futuro que el Cabildo quiere para su población?

Tenerife no necesita más campos de golf, tiene más que suficientes y la oferta está sobredimensionada en esta actividad, con los que ya hay, apenas se sostienen unos cuantos. El golf para una isla como la nuestra, con escases de recursos naturales, no es una actividad turística asumible ni productiva, por su altísimo consumo de agua, por su exagerado consumo de productos químicos fertilizantes y fitosanitarios y por la desnaturalización de miles de metros cuadrados  de territorio.

Quizás la pataleta tenga más que ver con desviar la atención para que no indaguemos mucho sobre la obra del anillo insular, la cual se complica cada día más, no tan solo en aspectos de financiación económica dependientes de otras administraciones, como dice el señor Alonso un día sí y otro también para escurrir el bulto, también en sus aspectos técnicos más profundos, tan profundos que no se sabe bien cuanto miden y cuantas cavidades subterráneas habrá que tratar ni cómo hacerlo. Lo del túnel del Guincho en Icod, se va a quedar corto, pero que muy cortó, Y LO SABEN.

Es lo que pasa cuando se tratan territorios de origen vulcanológico, donde el subsuelo es un auténtico queso de gruyere, con túneles subterráneos entrecruzados. Ya lo advertían varios especialistas al ver los trazados sobre el papel, y posteriormente cuando se hacían las primeras catas sobre el terreno, aquello comenzaba a dar miedo.

Ahora ya a algunos, les está empezando a dar pánico.

José Ramón Carrillo Rodríguez.

Portavoz del Partido Verde Canario de Tenerife.