Concienciación a la nueva generación

La vida es como un coche que necesita ser conducido y dirigido por la mano del ser humano. Un “motor”, que necesita ser activado por generaciones anteriores y presente. El filósofo y ensayista italiano, Remo Bodei, en su libro titulado: Generaciones; edad de la vida, edad de las cosas, considera que: “cada generación comparte el destino de su tiempo, recupera el pasado y mira hacia el futuro. La muerte implica la trasmisión de los bienes materiales de una generación a otra, pero también se recibe en herencia todo un mundo se símbolos y principios que se perpetúa y se transforma en esta transmisión de acuerdo a la lógica del don y del retorno. En una sociedad individualista, que privilegia la juventud ante la madurez y una vejez extendida. ¿Podrá establecerse un nuevo pacto intergeneracional, más equitativo y con una visión de futuro? ¿Cuáles serán las formas de restitución de recursos materiales e inmateriales –bienes, seguridad, afecto, autonomía- a las jóvenes generaciones? Sin duda, y analizando esta reflexión del citado filósofo, italiano, son las generaciones humanas las que han ido dando paso a las nuevas transformaciones políticas, sociales y económicas del mundo. También, las que han motivado las conservaciones de las culturas, tradiciones, costumbres y enseñanzas, especialmente la de los valores. Recientemente, una gran amiga y mujer, colaboradora voluntaria de Cooperación Internacional Dona Vida, Ana Moreno, me comentaba que toda misión humanitaria debe de ser conocida por la nueva generación. Cierto, pero para ello hay que darle las herramientas necesarias para que esta nueva generación o juventud pueda estar puntualmente informada, con el objetivo de que tomen conciencia de la realidad por la que atraviesan muchos países tercer mundistas. Entre ellos, Nepal. No hay que olvidar que vivimos en una sociedad consumista-capitalista; donde los sistemas gubernamentales son los “arquitectos”  de los organigramas de la evolución de las sociedades. Un gran derroche de dinero en armamentos que no conducen a nada, salvo para quitar vidas humanas;  naves espaciales experimentales que se desintegran en la atmósfera, campañas publicitarias en el mercado textil, automóvil, productos alimenticios, perfumes,  campañas políticas y la corrupción de las clases políticas y empresariales,  motivan un severo recorte económico en la calidad de vida del hombre y en las herramientas informativas puntuales que la nueva generación debería saber sobre la realidad de los  países más necesitados. Por todo ello, somos nosotros, los mayores en años, pero jóvenes ilusionados de corazón, los que tenemos que enseñar a nuestros sustitutos la importancia de lo que significa ser solidarios y comprometidos con las verdaderas causas más necesitadas en los países que los ojos de Occidente no quieren ver. Mientras tanto, los gobiernos que lideran el planeta tierra insisten en seguir mostrando sus poderíos, vigilándose el uno al otro, en las conquistas de las fronteras y del espacio lunar desconocido. No importa, nosotros no somos engranajes de los poderes fácticos. Somos personas de a pie que intentamos poner un poquito de nuestra parte en aquellos lugares más afectados por la pobreza y miserias. Así pues, al igual que otras tantas organizaciones humanitarias en el mundo, Cooperación internacional Dona Vida sigue tocando puertas, con el propósito de seguir trabajando por los más necesitados. Pero también, para enseñar a la nueva generación del siglo XXI el valor y la importancia que tienen las organizaciones humanitarias que trabajan en los países del tercer mundo. 

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