¿Qué pasará ahora?

«Que nadie se llame a engaño». Con estas palabras, Mariano Rajoy, ya nuevo presidente, anunció las líneas rojas -«los límites», dijo- que tendrán su voluntad de diálogo, de entendimiento y de pacto en la nueva legislatura.  «No estoy dispuesto a derribar lo construido. Se puede mejorar, sin duda, pero no puedo aceptar su demolición. Que nadie espere que yo contribuya a lesionar la recuperación económica y la creación de empleo. No haré ese daño a los españoles». Esas fueron algunas de las palabras de Mariano Rajoy tras ser investido y reelegido como nuevo Presidente del Gobierno español. Efectivamente, España desde el pasado sábado, día 29 de octubre de 2016,  ya tiene un Gobierno oficial; un desbloqueo político parlamentario que motivó 315 días de dudas, desconciertos e incógnitas. Ahora, bien, tras la consolidación del Rajoy como presidente del Gobierno de España, donde fue investido con 170 votos a favor (PP), C`s y CC), y la abstención de 68 diputados del PSOE, mientras 11 votaron en contra, comienza un nuevo camino, un nuevo compromiso todo ellos vinculados a la confrontación de deberes y diálogo; la gran pregunta de millones des pañoles es la siguiente: ¿Qué pasara ahora?

De momento, Bruselas urge a España a aprobar un nuevo presupuesto “tan pronto como sea posible”. Y exige garantías al nuevo Gobierno de que incluirá recortes “del 0,5% del PIB”, en torno a 5.500 millones. Es decir, vendrán más recortes económicos. Hay que recordar, que los socios de la UE enviaron sus presupuestos a Bruselas el 15 de octubre, y la Comisión Europea ha despachado siete cartas a los países con riesgo de incumplir. España, fiel a la tradición, está entre el grupo de los rezagados. Al margen de los múltiples y grabes problemas que tiene España con sus ciudadanos, uno de ello en la reforma laboral que en su día impuso Mariano Rajoy. El contenido de la reforma, su dureza, el deterioro de las condiciones laborales, su ineficacia para crear empleo, son cuestiones conocidas. Pero la reforma también contiene barbaridades, auténticos disparates. Habla de estabilidad en el empleo, pero permite que una persona encadene contratos formativos, con el 75 % del salario, hasta los 33 años. Permite despedir empleados públicos con 20 días por año por insuficiencia presupuestaria, esto es, porque el que elabora los presupuestos del organismo así lo decide. Una reforma laboral que debería ser revisada y cambiada, ya que su contenido lo único que hace es condenar y privar de oportunidades laborales a los jóvenes y mayores que todavía pueden ser muy útiles en la actual sociedad española del siglo XXI. 

Sin duda, algo está cambiando en España. La nueva generación exige respeto y oportunidades. Cambios políticos y garantías de estabilidad para todos los españoles. Del mismo modo, la ciudadanía exige transparencia en todas las acciones ministeriales que estén a cargo del Gobierno y oposición. Otros muchos piden cambios en la Constitución, el no a los aforados y a los corruptos. Un nuevo Gobierno, que no destaca precisamente por su brillantez de honrado, pero así los han querido los españoles que en su día votaron y los grupos parlamentarios que decidieron darle el SI al Rajoy. Así pues, para el Gobierno de Mariano Rajoy comienza una nueva y comprometida andadura. Esperemos que este Gobierno sea capaz de razonar, dialogar y ser sobre todo pluralista en un país que necesita hechos positivos y no palabras que se esfumen en el aire. No lo vamos a tener nada fácil, especialmente porque los políticos que están en el poder, incluyendo la oposición y partidos mixtos,  han hablado de todo, desde el insulto, al odio y amenazas, pero de lo que no han hablado ha sido de bajarse los sueldos, de sus aforamientos y de sus acciones corruptivas.    

NUEVO GOBIERNO DE RAJOY