La explotación infantil: asignatura pendiente

Mucho de viene hablando y escrito sobre los Derechos Universales de los Niños, pero todavía queda un largo camino que recorrer para que muchos niños del mundo puedan tener reconocidos y protegidos sus derechos universales. Cooperación Internacional Dona Vida, con sede en Teror (Gran Canaria); lleva mucho tiempo denunciando y trabajando para que los derechos de los niños y mayores en Nepal, tengan sus derechos reconocidos. Sin embargo, la desigualdad en el mundo es tremendamente diferenciada. Las culturas, castas, religiones, gobiernos, mundo empresarial y personas con grandes poderes económicos, motivan un desorden social, político y económico, que provoca salir beneficiados todos ellos, pero perjudicando a las clases sociales más bajas, convirtiéndolas en personas pobres y sin derecho a nada.  Así es el mundo donde vivimos. Así son las personas que ostentan los poderes fácticos. Así son las miserias de los más pobres. Según, la organización humanitaria, InspirAction, más de 215 millones de niños en todo el mundo se encuentran afectados por el flagelo del trabajo infantil.  La mayoría de ellos se encuentran en África Subsahariana, pero una gran parte de la población infantil que vive en Asia y el Pacífico trabaja en sitios peligrosos. La franja de edades de los niños que trabajan en el mundo oscila entre los 4 y los 17 años. En la economía de los países en desarrollo y desarrollados surge el trabajo infantil a consecuencia de condiciones inseguras de empleo, mano de obra barata y una alta productividad y rentabilidad para los empresarios, que superan su baja inversión.  El trabajo infantil en la actualidad: un recientes estudios de la OIT demuestran que los niños tienen tasas más altas de accidentes y muertes en el trabajo que los adultos. Algunos datos apuntan que en Estados Unidos y en Europa existe un alto grado de vulnerabilidad en el trabajo infantil y sufren más accidentes laborales. Sin embargo, a diferencia de las regiones ricas, en los países pobres existe  más cantidad de niños trabajando. Un gran problema que atañe a los niños es la gran cantidad de trabajos peligrosos que deben realizar, afectando a sus cuerpos y a sus mentes, incluso acarreando con estos males cuando ya son adolescentes.
Está en nuestras manos luchar para erradicar estos trabajos que afectan a la moral, a la seguridad y a la salud de millones de niños. Una de las metas para la Organización Internacional del Trabajo es abolir la mayor cantidad posible de trabajos infantiles peligrosos: en la agricultura, donde se exponen a pesticidas y a productos químicos, en la minería donde existe riesgo de derrumbes, en la construcción donde deben cargar con objetos pesados o en el trabajo doméstico, donde pueden ser víctimas de abusos y de largas horas de trabajo. La organización Save de Children denuncia las 8 formas de la explotación infantil: trata infantil explotación sexual con fines comerciales, trabajo infantil forzoso por endeudamiento, trabajo forzoso en la mina, trabajo forzoso en la agricultura, niños soldado/combatientes, matrimonio       infantil forzoso, esclavitud doméstica. De la misma forma, Proveer de acceso a una educación pública y de calidad es la base para el futuro de millones de niños en todo el mundo. Para un niño sin recursos la posibilidad de aprender a leer y a escribir a través de la educación pública puede ser la diferencia sobre unas mejores o peores oportunidades de empleo en el futuro. Una educación pública primaria para todo el mundo es una sociedad más democrática, es dar la posibilidad de poder leer un folleto sanitario, de prevenir la explotación laboral, de mejorar la nutrición y la atención sanitaria básica. La educación pública de calidad es y debe ser un derecho para todos los niños y niñas del mundo porque un niño con educación es un niño con un mejor futuro.  Cada año de educación para una niña reduce el riesgo posterior de que sus hijos mueran antes de cumplir los cinco. La educación pública es una apuesta por la igualdad.

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