Una realidad que no se puede ocultar

Venezuela sigue siendo unos de los países con mayor índice de muertes violentas en el mundo. Por desgracias, cada año el país caribeño destaca por su aumento de índice de criminalidad. Las actuales circunstancias, motivan que el país que gobierna Nicolás Maduro se vea abocado a las miserias ante la escasez de alimentos y medicinas. Sin embargo, lo que sobran son armamentos, donde la población civil, en cada hogar, tienen verdaderos arsenales, que junto a los de los militares y las mafias organizadas, representan un verdadero peligro para un país que intenta o quiere ser democrático.  

El periódico digital La Nación recoge un informe detallado del Observatorio Venezolano de la Violencia (OVV), donde ha acudido una vez más a su cita anual ante la censura informativa ordenada por el chavismo desde hace una década. Y los datos de su investigación han vuelto a estremecer al país: uno de cada cinco homicidios que se comenten en América latina lo sufre un venezolano.

Un total de 27.875 muertes violentas, lo que equivale a una tasa de 90 fallecidos por cada 100.000 habitantes. Más de tres personas asesinadas cada hora, 76 muertes violentas cada día. Una guerra no declarada que mantiene a este país sudamericano en el podio de la violencia planetaria.

"La tendencia de toda la región ha sido la estabilidad o disminución en el número de homicidios, salvo Venezuela y El Salvador", concluye el informe del OVV. Hasta Honduras, a la cabeza el año pasado, ha vivido un "descenso importante" en las muertes violentas, incluida Colombia, tantas veces usada por la épica revolucionaria. El país vecino cerrará 2015 con un nuevo descenso en el número de homicidios, en torno a 12.000, pese a contar con una población de 48 millones, frente a los 30 millones de Venezuela.

"La destrucción institucional es el factor explicativo más relevante del incremento sostenido de la violencia y el delito. La institucionalidad de la sociedad, en tanto vida social basada en la confianza y regida por normas y leyes, se diluye cada vez más ante la arbitrariedad del poder y el predominio de las relaciones sociales basadas en el uso de la fuerza y de las armas", resume la investigación del OVV, en la que intervienen siete universidades del país.

Una tragedia que desangra a Venezuela todos los días. Nadie está a salvo en un país donde la violencia es un ciego con una pistola cargada.

El OVV destaca este año la mayor presencia del delito organizado, el deterioro de los cuerpos de seguridad, el incremento de los linchamientos, la militarización represiva de la seguridad y el "empobrecimiento rápido, acompañado de la impunidad generalizada", que estimulan las diversas formas de delito.

Pocos se atreven a salir de noche en Caracas, donde se dan cursos para responder en caso de secuestro en las zonas de clase alta y clase media, y se decretan toques de queda en las zonas populares. La morgue de la capital, convertida en el muro venezolano de las lamentaciones, muestra a diario las mismas lágrimas en distintos rostros.

Turismo en Picado. En otros tiempos, a la capital caraqueña la llamaban la sucursal del cielo. Pocos folletos turísticos quedan ya con ese lema, porque tampoco vienen los turistas.

¿Cómo hacerlo en una ciudad salvaje donde nadie está a salvo? Es que en Caracas ni los chicos ni los policías tienen su salvoconducto al día. En pocos días han muerto al menos cinco pequeños, para un total anual de 272 menores.

Juanderling Mijares, de 3 años, recibió un disparo cuando volvía con su madre a casa con un helado en la mano. Otro de ocho años estaba durmiendo en su casa. La bala asesina entró por una ventana.

El domingo por la noche, en el corazón de Caracas, el ataque contra un puesto de la Guardia Nacional provocó la muerte de un bebe que paseaba en brazos de su madre. En este caso no fueron balazos, sino la explosión de una granada, que acabó también con la vida de uno de los militares y causó heridas a otros siete.

Sólo en el Gran Caracas han caído asesinados 145 uniformados en 2015, en su gran mayoría para robarles su arma reglamentaria.

"En Venezuela se perdió el sentido del respeto a los policías y esto explica por qué las personas no les hacen caso, retan a unos y asesinan a otros", reflexiona para LA NACION el profesor Roberto León Briceño, director del OVV. "Los delincuentes osan agredir o asesinar policías porque saben que no habrá castigo (la impunidad es del 97%) o que el castigo se decidirá fuera de los tribunales por la acción extrajudicial, la justicia por mano propia de los propios policías. Por lo tanto se la juegan", añade el investigador.

Cuando Hugo Chávez llegó al poder, en 1999, en Venezuela mataban a 4450 personas al año. Hoy el incremento es vertiginoso y continuado, a costa de los factores ya señalados por el OVV, más la presencia masiva de armas en la calle y el fracaso continuado de las políticas del Estado, hasta 23 planes gubernamentales.

"A Chávez le falló la ecuación", le gusta decir al criminólogo Fermín Mármol. "Apostó por la inversión social, no reprimió el delito y promovió un discurso violento", resume.

Las películas de Hollywood, Spiderman, Superman, los videojuegos y hasta las telenovelas latinas, sumados a los "antivalores" del capitalismo, explican para el chavismo un fenómeno que se ha llevado por delante desde 1999 a unas 280.000 personas.

La última estrategia desarrollada por el gobierno de Nicolás Maduro se llama Operación de Liberación del Pueblo (OLP), operativos militares muy violentos y polémicos, "con uso excesivo de la fuerza", según denunció la ONG Provea.

Las cifras que oculta Maduro:  27.875  muertos

Es la cifra de muertes violentas que registró Venezuela en 2015, según un estudio del Observatorio Venezolano de la Violencia, una ONG censurada por el gobierno deNicolás Maduro

Homicidios en la región. 20%: una de cada cinco muertes violentas en América latina ocurre en territorio venezolano

Menores. 272: Se encuentran entre las víctimas registradas durante 2015; la última fue un bebe asesinado anteayer por la explosión de una granada.

Muertos. 4.450: Había por año en 1999, cuando Hugo Chávez llegó al poder. Desde entonces, se estima que 280.000 venezolanos murieron de manera violenta

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